"Lustrabotas", Carlos Alonso
Pocos años vividos para hacerse
merecedor de semejante trato. Maneja el cepillo como un maestro y el betún
brilla como sus ojos. No levanta la vista para no apreciar la indiferencia.
Sentado en su banquito de madera, gana el peso y el desprecio:
—¡Dale, pibe, apurate que cierra el
banco!
Muy buen micro. Queda un interrogante porque despreciar
ResponderEliminarUn abrazo
Un microtexto muy crudo, con los cachetazos que nos da la realidad.
ResponderEliminarAbrazo