domingo, 15 de diciembre de 2013

11 - UN DÍA MÁS


Grabenlo como en la piedra
cuanto he dicho en este canto
y aunque yo he sufrido tanto
debo confesarlo aquí;
el hombre que manda allí
es poco menos que un santo.

Martín Fierro



Cuatro paredes y un techo lo protegen del frío de una oscura noche. Dos frazadas cobijan su cuerpo cansado y tembloroso. Pasó otro día. Uno más entre muchos. Un día igual a los anteriores, con ganas de que los próximos cambien.
Las vigas de madera del techo crujen y hacen que su pesado sueño se desvele. Siente el ruido de las ramas de un viejo álamo, azotadas por el fuerte viento. Quizás algún ave esté pagando las consecuencias, acurrucada en su cálido nido de barro y paja. Una ventisca de aire helado penetra por un vidrio roto de la vieja ventana y hace que su cuerpo se estremezca y se acurruque cada vez más dentro de sus frazadas.
Mira al techo como buscando una explicación de su actual vivir y choca contra la violeta luz de sueño que cierra sus ojos hasta hacerlo dormir definitivamente. Viejos y hermosos recuerdos pasan con muchos colores por su mente, escenas locas, imposibles, inciertas. Caras lejanas, entrañables, que lo llevan lejos de su cama, a cientos de kilómetros, para volver en un segundo, de un solo movimiento.
Aunque en el oscuro cielo todavía brillan las estrellas y la luna aún conserva su silueta perfecta, un grito lo sobresalta e interrumpe su sueño. Es un grito ya conocido que le indica que un nuevo día ha comenzado.
La historia sigue...

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